lunes, 28 de diciembre de 2009

Tus manos-raíz

TUS MANOS-RAÍZ

Me sostengo en tus manos
a punto de estallar en cierta locura demoníaca,
divina, sepulcral,
antes de largarme con el dolor en la sangre,
cuando mi vida padece
un recuerdo de niño,
un verso de Rimbaud,
cuando deseo
sentarme al lado de la Eternidad
para besarla y amarla.

Y te quedas en vigilia,
sabes a brisa, a tierra firme,
tu mirada es pequeña,
tu abrazo, inmortal.

Y me besas,
sabes a vino,
a tiempo infinito:
instante grabado en mis palabras.

En tus manos-raíz me quedo,
como buscando la Eternidad.

JULIÁN GONZÁLEZ
(28 12 2009)

domingo, 27 de diciembre de 2009

Reflexiones de Emil Sinclair:

"La misión verdadera de cada uno era llegar a sí mismo. Se podía llegar a poeta o a loco, a profeta o a criminal; eso no era asunto de uno: a fin de cuentas, carecía de toda importancia. Lo que importaba era encontrar su propio destino, no un destino cualquiera, y vivirlo por completo. Todo lo demás eran medianías, un intento de evasión, de buscar refugio en el ideal de la masa; era amoldarse; era miedo ante la propia individualidad."

Hermann Hesse, Demian, Alianza, Madrid, 1968, p. 136.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Fijo

Fijo, detenido en el instante. Con el rostro atento, la mirada espesa. Quiero decirte cuántas veces he errado, cuántas noches renací en el dolor acumulado. Decirte que en tu mano encuentro cierta paz y que Dios me parece un invento quizá inhumano. Y el silencio se aposenta en mis manos incansables. Tengo palabras que encontré en el vientre de mi madre; lágrimas que heredé del sol; sal que vertí en la milpa. En el dolor me hice humano. Y cuando descubrí una voz amiga, un rostro sincero, hermoso, entonces bebí desde las profundidades de la vida. La amistad me salvó del abismo. Tengo alegrías porque llevo heridas. Y la esperanza surgió de la amargura. También mi padre me obsequió la palabra, la palabra de Gustavo Adolfo Bécquer. En ciertas mañanas descubrí unos versos. Fue aquella infancia un horizonte plagado y terrible. Allí nació este hombre que te escribe. Allí están las raíces de estos verbos que conjugo.

Fijo, tenso en el instante, te heredo mi boca, mi dolor y mi silencio. Este amor desbocado e insumiso; esta noche profunda y esquiva.

Julián González

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Fragmentos de Hesse

"La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero. Ningún hombre ha llegado a ser él mismo por completo; sin embargo, cada cual aspira a llegar, los unos a ciegas, los otros con más luz, cada cual como puede. Unos no llegan nunca a ser hombres; se quedan en rana, lagartija u hormiga. Otros son mitad hombre y mitad pez. Pero todos son una proyección de la naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos en común nuestros orígenes, nuestras madres; todos procedemos del mismo abismo; pero cada uno tiende a su propia meta, como un intento y una proyección desde las profundidades. Podemos entendernos los unos a los otros; pero interpretar es algo que sólo puede hacer cada uno consigo mismo."

Hermann Hesse, Demian, Alianza, Madrid, 1968, pp. 10-11.

De Edgar Allan Poe:

SOLO
(1830)


Desde la infancia no he sido
como eran los demás,
no he visto como los otros,
no saqué mis pasiones
de una fuente común.
No saqué de esa fuente mi dolor,
no desperté mi corazón a la dicha
en el mismo tono de ellos
y todo lo que amé, lo amé yo solo.
Ya entonces, en mi infancia,
en la aurora de una vida
sumamente tormentosa,
de cada abismo del bien y del mal
surgió el misterio que todavía me abruma:
(…)

Edgar Allan Poe

jueves, 10 de diciembre de 2009

Exhausto

EXHAUSTO

Exhausto en estas horas.
Mirando el tiempo hundirse en mis manos.

Rimbaud miró a la belleza,
ella quiso ser amarga,
él decidió injuriarla.

Yo invoqué a la esperanza,
soplo de un tiempo venidero,
luz en la turbia infancia.

Rimbaud no quiso besar a la belleza.
Yo renací en la esperanza.

Ahora me hundo en el tiempo
y presiento la muerte,
de vez en cuando.

JULIÁN GONZÁLEZ

domingo, 6 de diciembre de 2009

Vivo

VIVO

Vivo despertando en la tibieza de tu piel de muchacha,
habitado por la caricia de tu perfume delgado,
hay tantos besos olvidados al borde de la cama,
tantos recuerdos incinerados en la boca de una llama.

Vivo escribiendo trazos que robé con la mirada:
que si la noche no alcanza para verter tanta desgracia,
que si en mi lecho pectoral quedó tu existencia ovillada,
que si junté dolor, cenizas y verbos en mi húmeda estancia.

Vivo husmeando célebres plumas, mentes áureas,
yéndome por la vida, cesto en mano recogiendo palabras,
y toco con mi deseo el andar de tu blanca cintura,
arremolinado en las mañanas, mi voz es sol y tortura.

Vivo para desvivirme en el huerto de los significados,
para mofarme del tiempo con cada verbo enamorado.
Hay tantas historias aullando en mis manos,
tantas bocas, heridas y silencios cabalgados.

JULIÁN GONZÁLEZ