"Emma, por su parte, no se interrogó para saber si le amaba. Creía que el amor debía llegar pronto, con grandes resplandores y fulguraciones, huracán de los cielos que cae sobre la vida, la sacude, arranca las voluntades como si fueran hojas y arrastra al abismo el corazón entero. No sabía que, cuando los desagües están atrancados, la lluvia forma lagos en la terraza de las casas, y así habría permanecido en su seguridad, de no descubrir súbitamente una grieta en la pared."
Gustave Flaubert, Madame Bovary, Alianza, Madrid, 1974.
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