SOLO
(1830)
Desde la infancia no he sido
como eran los demás,
no he visto como los otros,
no saqué mis pasiones
de una fuente común.
No saqué de esa fuente mi dolor,
no desperté mi corazón a la dicha
en el mismo tono de ellos
y todo lo que amé, lo amé yo solo.
Ya entonces, en mi infancia,
en la aurora de una vida
sumamente tormentosa,
de cada abismo del bien y del mal
surgió el misterio que todavía me abruma:
(…)
Edgar Allan Poe
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